El genograma arquetípico es una herramienta poderosa para explorar la dimensión transgeneracional y familiar de los arquetipos. Se inspira en el genograma clásico utilizado en terapia familiar sistémica, que representa en al menos tres generaciones la estructura y las relaciones dentro de una familia. En el genograma arquetípico, se añade una lectura simbólica al identificar los arquetipos dominantes en cada miembro de la familia.
Para construir un genograma arquetípico, se parte de un esquema base que representa el árbol genealógico del cliente. Cada miembro de la familia está representado por un símbolo (cuadrado para los hombres, círculo para las mujeres) y las relaciones de parentesco están indicadas por líneas. Se pueden añadir datos factuales como las fechas de nacimiento y muerte, las profesiones, las enfermedades, etc.
Luego, se invita al cliente a identificar para cada persona los arquetipos que parecen ser los más significativos, basándose en sus recuerdos, las anécdotas familiares, los relatos escuchados. Se puede ayudar con un juego de cartas de arquetipos o del cuestionario visto anteriormente. La idea es de destacar las grandes figuras arquetípicas que han marcado la historia familiar.
Por ejemplo, un abuelo con un destino trágico y cuya vida fue truncada prematuramente podría estar asociado con el arquetipo del Huérfano. Una abuela muy devota y siempre al servicio de su familia encarnaría el arquetipo de la Gran Madre. Un padre ausente y poco demostrativo evocaría al Animus negativo. Una hermana rebelde y anticonformista llevaría el arquetipo de la Marginada.
El objetivo es resaltar los patrones arquetípicos que surgen a lo largo de las generaciones. A menudo se observan arquetipos “familiares” que se repiten de manera inconsciente, como una herencia simbólica. Algunos arquetipos pueden saltar una generación y luego reaparecer, como el arquetipo del Guerrero en los hombres. Otros parecen ser “asignados” a ciertos miembros, como el arquetipo de la Víctima o del Chivo expiatorio.
El terapeuta ayuda al cliente a identificar estas lealtades familiares inconscientes que influyen en sus elecciones de vida y en su relación con los arquetipos. Llevar el arquetipo del Salvador puede ser, por ejemplo, el resultado de una orden transgeneracional para “reparar” una herida en la historia familiar. Rechazar el arquetipo del Soberano puede estar relacionado con los conflictos de autoridad no resueltos con las figuras parentales.
El genograma arquetípico permite “desenredar” los arquetipos personales de los arquetipos familiares. Ayuda a tomar conciencia de lo que se nos ha transmitido para diferenciarnos y hacer elecciones más libres. Al “poner” en el papel su novela familiar y las grandes figuras que la componen, el cliente puede entender mejor de dónde viene y, sobre todo, a dónde quiere ir.
Por supuesto, este trabajo puede revivir emociones y lealtades poderosas. Debe hacerse en un entorno seguro, con tacto y respeto. El terapeuta no está aquí para juzgar sino para acoger lo que surge y ayudar al cliente a transformar su historia. El genograma arquetípico no es un fin en sí mismo sino un soporte para abrir un diálogo interior y una reflexión sobre su herencia simbólica.
Esta herramienta puede ser utilizada de manera puntual, en complemento de otros enfoques, o dar lugar a un trabajo a largo plazo para las personas que desean explorar en profundidad sus raíces. Se inscribe en un enfoque transgeneracional y psicogenealógico del acompañamiento, que considera que los problemas individuales están en parte relacionados con las memorias y los secretos de familia. Al arrojar luz sobre ellos, permite al cliente liberarse de ellos y desplegar más plenamente su potencial de individuación.
Puntos clave:
– El genograma arquetípico es una herramienta que explora la dimensión transgeneracional y familiar de los arquetipos, inspirándose en el genograma clásico utilizado en terapia familiar sistémica.
– Para construir un genograma arquetípico, se parte de un árbol genealógico en al menos tres generaciones, luego se invita al cliente a identificar los arquetipos dominantes en cada miembro de la familia.
– El objetivo es destacar los patrones arquetípicos que se repiten generación tras generación, como una herencia simbólica inconsciente.
– El terapeuta ayuda al cliente a identificar las lealtades familiares inconscientes que influyen sus elecciones de vida y su relación con los arquetipos.
– El genograma arquetípico permite distinguir los arquetipos personales de los arquetipos familiares, ayudando al cliente a tomar conciencia de lo que se le ha transmitido para hacer elecciones más libres.
– Esta herramienta se encuadra en un enfoque transgeneracional y psicogenealógico del acompañamiento, considerando que los problemas individuales están en parte relacionados con las memorias y los secretos familiares.
– El genograma arquetípico es un apoyo para abrir un diálogo interior y una reflexión sobre su herencia simbólica, permitiendo al cliente liberarse de ella y desplegar más plenamente su potencial de individuación.
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